Gloria Álvarez Desanti, DPhil
Nuestro sistema político es una democracia. Cada cuatro años tenemos elecciones para nombrar al presidente, sus vicepresidentes y los diputados. También los alcaldes y miembros del Consejo municipal son electos popularmente. Todos estos ciudadanos han pasado por el escrutinio interno de sus partidos políticos para ser postulados y deben de rendirle cuentas al país de su gestión. Pero nuestra democracia se tambalea, quien gobierna actualmente es la Sala IV, órgano que no ha sido elegido por el pueblo. Al autodefinir los temas constitucionales y no tener límites a las materias que puede conocer ni en cuanto al fondo ni al número, ha terminado invadiendo competencias técnicas e incluso políticas propias del Poder Ejecutivo, es una especie de senado que co-legisla con el Poder Legislativo e irrumpe también en materias de tribunales especializados. En otros países los tribunales constitucionales tienen limitados los casos a considerar y se especializan en aquellos que sientan precedentes en material constitucional. Acá invaden sin pudor competencias ejecutivas, legislativas y judiciales sin rendir cuentas al pueblo ni correr con la responsabilidad de las consecuencias de sus decisiones o de los atrasos que impoenen a otras esferas del Estado. En definitiva esto es un asalto que atenta contra nuestra democracia.
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