Gloria Álvarez Desanti, Ph.D.
Estaban Oviedo hizo un reportaje de las estadísticas sobre los divorcios en Costa Rica. El dato más alarmante es que en diez años estos han aumentado en un 63%. (La Nación 13/1/2010). Consideramos que es preocupante porque en la mayoría de los casos estas separaciones llevan un costo psicológico causado por la infidelidad, violencia emocional y hasta física, que afecta no solo a la pareja sino también hasta los hijos. Debemos señalar que Fernando Marín, Ministro de Bienestar Social, considera que “Existe un mayor riesgo de caer en una situación de pobreza, los hogares con divorcios tienen una mayor vulnerabilidad (a convertirse en pobres)”. Recordemos que el 22 de diciembre La Nación, publicó en su sección de opinión, el artículo del psicólogo Rafael León, "Esa Locura de casarse". Describe el autor la realidad en que viven hoy día los jóvenes que provienen de hogares desintegrados, familias disfuncionales o constantes cambios de relaciones de sus progenitores. Ante esta realidad afectiva donde los niños crecen en relaciones donde hay una madre, una madrastra, un padre, un padrastro, o diferentes compañeros (as) por cortos periodos de tiempo; el autor concluye que ante esta realidad social que viven los jóvenes hoy día son "Son temerarios quienes se casan contra toda posibilidad de éxito, pero son, sobre todo, entusiastas".
Este artículo demanda una reflexión profunda de la sociedad que estamos viviendo. Varios psicólogos y sociólogos consideran que la desintegración social de nuestros días responde a la ruptura o ausencia de núcleos familiares; entiéndase como familia nuclear, aquella que se deriva de la institución del matrimonio civil o religioso que cambiará de acuerdo a los circunstancias culturales, sociales y económicas de cada país y cuyas relaciones son reguladas por la legislación o costumbres de las diferentes regiones geográficas. Estadísticamente está demostrada una mayor incidencia de problemas de drogadicción, delincuencia y embarazos juveniles en hogares donde hay ausencia de la figura paterna o materna, denominados por los analistas familias monoparentales. Rafael León, ante el desastre en término de datos estadísticos que nos arrojan hoy día los estudios sobre el divorcio, deja, sin embargo, una posibilidad abierta para las futuras parejas; "De vez en cuando nos encontramos alguna pareja joven que parece estar haciéndolo bien, alguna pareja mayor que celebra uno más de muchos años juntos".
No soy muy dada a comentar sobre mi vida privada, pero considero que si mi experiencia de compartir cuarenta y dos años con el hombre que amo ha sido tan bella, no encuentro por qué debería siquiera pensar que casarse es una locura. No hay cosa más linda para el ser humano que querer y ser querido, creo que es una necesidad, dar y recibir. El amor es una entrega total, donde no se sabe dónde termina uno y dónde empieza el otro.
¿Cuál ha sido el secreto que nos ha permitido tener una relación estable?, además como la mía, conozco otras que corresponden a personas de diferentes culturas, diferentes religiones, que continúan juntos a través de los años y son relaciones tan sólidas como la mía.
Las relaciones sociales y afectivas sabemos que no son fáciles, las parejas vienen de diferentes hogares con distintas costumbres, con metas y visiones muy diferentes sobre la vida. Todos los hogares son diferentes, muchas veces los jóvenes que se enamoran tienen afiliaciones políticas, religiosas y deportivas distintas. ¿Qué es lo que permite que esas posibles discusiones irreconciliables no destruyan tu relación? Es muy simple. El verdadero amor significa entrega, significa saber poner los intereses del otro antes que los propios. Significa una lucha constante con tu ego por alcanzar los intereses de ambos. Es saber darte al otro y que el otro esté dispuesto a renunciar por uno. Cuando se logra esto, se alcanza la felicidad en pareja. Y es que el amor, además de entrega, significa respeto mutuo, porque respetando al otro me respeto yo como ser humano. Un consejo que me dio una amiga, “cada vez que te despidas de ese ser que amas, hazlo con la mayor pasión, porque no sabes si lo verás de nuevo”.
Entonces, ¿Por qué casarse? Porque estás dispuesto a amar, a superar el egoísmo.