¿Quiénes Somos?
Un secreto conocido
Sebastián Rodríguez Alvarez
La III Cumbre sobre
Competitividad organizada por AMCHAM exploró el tema “¿Cuál es la Costa Rica
que necesitamos al 2020?”. Los panelistas discutieron temas muy diversos con el
fin de definir lo que nuestro país puede hacer para lograr un mayor nivel de
competitividad.
Ahora bien, Costa Rica ya
ha logrado diferenciarse en su competitividad en la región, y esto aún sin
haber enfrentado la mayoría de los retos discutidos en la Cumbre sobre
Competitividad. Desde mi perspectiva, una de las claves para entender esta
diferenciación es el capital humano de nuestro país.
Analicemos, ¿qué hace que
los ticos seamos tan distintos como recurso humano en comparación con otros
países?
No existe una respuesta
simple, pero sí hay un elemento, quizás mágico, que nosotros logramos capturar.
Es la esencia de nuestra cultura.
Como todo buen “chef” que
tiene su ingrediente secreto, el cual después de años se vuelve bastante
conocido, nuestros ámbitos laborales tienen un ingrediente especial, el estilo
pura vida.
La actitud pura vida no es
algo que podamos definir precisamente, pero en definitiva nos diferencia en el
día a día del resto del mundo. Cuando un grupo permite que fluya esa energía
propia de nuestra patria, esto facilita el enlace total del equipo.
Cualquier líder con
experiencia puede explicar que un equipo motivado y cohesionado logra producir
y alcanzar metas a un mayor ritmo que uno que carezca de estas características.
Erich Fromm en su trabajo
Del tener al ser explica que “Una de las bases más firmes de la solidaridad
está en la experiencia de compartir el padecimiento propio con el padecimiento
de todos”. La esencia de la expresión pura vida viene de compartir lo más
básico con nuestros hermanos y hermanas, la conexión más primordial, la vida.
El estilo pura vida permite
una capacidad única de encontrar un equilibrio entre nuestro trabajo y las
vidas personales, pero a la vez llega a ser un reto.
Ese estilo por sí solo no
es suficiente para lograr un clima organizacional propicio. Se tienen que
lograr también niveles de productividad capaces de competir con el ritmo
laboral de países que valoran simplemente el rendimiento del trabajador.
De modo que el desafío es
un asunto de balance. Cuando los equipos formados tienen un nivel de motivación
pura vida y ese ritmo ideal de rendimiento, se pueden obtener logros
sobrehumanos.
Concluyo que parte de la
respuesta para la Costa Rica que necesitamos en el 2020 es un secreto bastante
conocido, pero no tomado en cuenta de una manera explícita en el análisis
organizacional tradicional: el estilo pura vida.
Es ese estilo lo que nos
diferencia de los demás países. Tenemos que apoderarnos de nuestra identidad
nacional y triunfar como equipo solidario, más que un equipo, podemos ser una
familia.
De esta forma continuaremos
distinguiéndonos y logrando un mayor grado de competitividad.