viernes, 2 de noviembre de 2012

Un secreto conocido


¿Quiénes Somos?
Un secreto conocido

Sebastián Rodríguez Alvarez

La III Cumbre sobre Competitividad organizada por AMCHAM exploró el tema “¿Cuál es la Costa Rica que necesitamos al 2020?”. Los panelistas discutieron temas muy diversos con el fin de definir lo que nuestro país puede hacer para lograr un mayor nivel de competitividad.
Ahora bien, Costa Rica ya ha logrado diferenciarse en su competitividad en la región, y esto aún sin haber enfrentado la mayoría de los retos discutidos en la Cumbre sobre Competitividad. Desde mi perspectiva, una de las claves para entender esta diferenciación es el capital humano de nuestro país.
Analicemos, ¿qué hace que los ticos seamos tan distintos como recurso humano en comparación con otros países?
No existe una respuesta simple, pero sí hay un elemento, quizás mágico, que nosotros logramos capturar. Es la esencia de nuestra cultura.
Como todo buen “chef” que tiene su ingrediente secreto, el cual después de años se vuelve bastante conocido, nuestros ámbitos laborales tienen un ingrediente especial, el estilo pura vida.
La actitud pura vida no es algo que podamos definir precisamente, pero en definitiva nos diferencia en el día a día del resto del mundo. Cuando un grupo permite que fluya esa energía propia de nuestra patria, esto facilita el enlace total del equipo.
Cualquier líder con experiencia puede explicar que un equipo motivado y cohesionado logra producir y alcanzar metas a un mayor ritmo que uno que carezca de estas características.
Erich Fromm en su trabajo Del tener al ser explica que “Una de las bases más firmes de la solidaridad está en la experiencia de compartir el padecimiento propio con el padecimiento de todos”. La esencia de la expresión pura vida viene de compartir lo más básico con nuestros hermanos y hermanas, la conexión más primordial, la vida.
El estilo pura vida permite una capacidad única de encontrar un equilibrio entre nuestro trabajo y las vidas personales, pero a la vez llega a ser un reto.
Ese estilo por sí solo no es suficiente para lograr un clima organizacional propicio. Se tienen que lograr también niveles de productividad capaces de competir con el ritmo laboral de países que valoran simplemente el rendimiento del trabajador.
De modo que el desafío es un asunto de balance. Cuando los equipos formados tienen un nivel de motivación pura vida y ese ritmo ideal de rendimiento, se pueden obtener logros sobrehumanos.
Concluyo que parte de la respuesta para la Costa Rica que necesitamos en el 2020 es un secreto bastante conocido, pero no tomado en cuenta de una manera explícita en el análisis organizacional tradicional: el estilo pura vida.
Es ese estilo lo que nos diferencia de los demás países. Tenemos que apoderarnos de nuestra identidad nacional y triunfar como equipo solidario, más que un equipo, podemos ser una familia.
De esta forma continuaremos distinguiéndonos y logrando un mayor grado de competitividad.