Gloria Álvarez
DesantI, Ph.D
Los resultados electorales de Francia y Grecia del pasado domingo
demandan un análisis más detallado de la situación un tanto caótica en la Unión
Europea y que muestra una rebelión, en las urnas, contra los programas de
austeridad que se han venido aplicando.
Las políticas de
restricción del gasto para combatir el déficit fiscal han generado más
desempleo y no han permitido el crecimiento. Los economistas están claros sobre la crisis económica, pero todo parece indicar que no hay consenso sobre cuál es la
medicina correcta para la enfermedad. Se dictaron medidas de austeridad para
regular el gasto estatal, lo cual resultó en un estrangulamiento de las economías que se refleja en indicadores de recesión
como ha sido el caso de Inglaterra, una de las economías más dinámicas de la región. Se llegó a considerar que
la crisis económica era solo una crisis política por incumplimiento de las
metas fiscales acordadas. De
acuerdo con los proponentes de la austeridad, se requería mano dura para parar el exceso del gasto
estatal especialmente en los países
del sur de Europa como Portugal,
España y Grecia. Olvidaban
mencionar que tanto España como Portugal e Irlanda nunca cometieron excesos
fiscales (como los atribuidos a los griegos) sino que eran alumnos aventajados,
incluso con superávits fiscales primarios. Sus crisis fiscales son posteriores al estallido de las
burbujas inmobiliarias, como resultado del aumento del desempleo y los
subsidios a los desempleados que estos países tienen. Lamentablemente, las drásticas medidas de contención del gasto y los recortes
presupuestarios no dieron los resultados esperados en el tiempo requerido. Y en
última instancia atentan contra las
bases mismas de la Unión Europea y, en particular, del euro.
Las drásticas políticas laborales de Mariano Rajoy del Partido
Popular (partido conservador, liberal y centro derechista) en España han generador
gran descontento de la fuerza laboral. En Francia el gane de François Hollande del
Partido Socialista a Nicolás Sarkozy, abre una esperanza de una posible renegociación con la gran
defensora de la austeridad, la Canciller alemana Ángela Merkel. Sin embargo, Merkel ha sido clara que
el programa de austeridad fiscal no es negociable. Por otro lado, los líderes
griegos que ganaron escaños en el Parlamento, plantean la necesidad de
renegociar el agobiante paquete de rescate. El líder de izquierda, Alexis
Tsipras, va más allá y advierte que Grecia debe de abandonar el programa de
rescate.
Por otro lado, debe analizarse con gran precaución el
fortalecimiento por un lado, del movimiento neonazi, la Aurora Dorada, en
Grecia que obtuvo el 6.97% de los
votos, lo cual representa 21 escaños del Parlamento; así como el éxito
electoral del Frente Nacional (partido de extrema derecha) de La Penn, el cual obtuvo el 18% el pasado 25 de abril en
la elecciones francesas.
El descontento de los ciudadanos europeos con la políticas de
austeridad dictadas para salir de la crisis demanda su replanteamiento. Incluso
Christine Lagarde Directora del Fondo Monetario Internacional señaló en Zurich
que las medidas de austeridad debían de aplicarse gradualmente. El Presidente
de la Unión Europea, Herman Van Rompuy ha convocado a una Cumbre para el
próximo 23 de mayo. Se cree que la viabilidad del euro estará en la agenda. ¿Encontrarán los participantes en la Cumbre la solución
política al crecimiento económico mediante una modificación de la austeridad a
ultranza? La situación política y
económica se está volviendo insostenible y podría terminar resquebrajando la
Eurozona. Muchos ya argumentan que
Grecia debe volver al dracma.