Quiero invitarlos a leer el artículo de mi hijo Sebastían Rodríguez, Cegados y ensordecidos.
"Lo que me parece más interesante del experimento es que los niños siempre fueron capaces de escuchar y percibir la belleza que tenían enfrente"
La Republica PREMIUM
viernes, 11 de enero de 2013
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