Gloria Álvarez Desanti, PhD
En un bombardeo en la ciudad de Homs en Siria murieron la
periodista estadounidense Marie Colvin y el fotógrafo francés Rémi Ochlik,
ambos ganadores de diferentes premios a nivel mundial por su desempeño
profesional. Este lamentable
suceso pone en evidencia como día a día los periodistas arriesgan su vida
para brindarnos la noticia desde los rincones más remotos del mundo y nos
permiten conocer de primera mano qué es lo que realmente sucede.
Colvin perdió su ojo derecho en el 2001 en un percance en Sri Lanka
cuando un fragmento de granada se le incrustó en el rostro. Pero esto no fue razón para que
abandonara su lucha por denunciar los regímenes autoritarios. Hoy el mundo sufre la pérdida de una
de las mujeres que puso sus ideales por encima de sus intereses personales, y dio
luchas contra los abusos de los tiranos a los niños, las mujeres, y contra la
humanidad en general. No
olvidaremos las denuncias que hizo Colvin en el día antes de su deceso en el
programa de Anderson Cooper en CNN sobre las atrocidades que se cometen
en Siria, dijo ella “es el peor conflicto que he cubierto, se
está atacando a la población civil”, no olvidaremos el video de un padre llorando
la muerte de su hijo en esa ciudad siria.
Muchos periodistas han luchado por la transparencia, la rendición de
cuentas y contra el abuso del poder en la mayoría de los países del
mundo. Muchos de ellos han muerto a causa de sus denuncias contra el
crimen organizado. Muchos han logrado combatir el tráfico de personas,
han denunciado el tráfico de influencias, han propiciado la caída de figuras
políticas y eclesiásticas. Recordemos
los sucesos de la Penca en Costa Rica y el dolor que esto generó en muchas
de las familias costarricenses.
En casos trágicos como los de Colvin y Ochlik, sus sacrificios pueden
conmover a pueblos, que al ver morir a uno de los suyos, dejan de ser pasivos
ante las tragedias en países lejanos geográfica y culturalmente. Este es el heroísmo máximo de un
periodista, quien al pagar con su vida, logra mover conciencias sobre la
gravedad de situaciones reportadas.
Un agradecimiento y homenaje a mis amigos periodistas, quienes mediante
sus reportajes certeros, logrados con gran esfuerzo personal y sacrificio
familiar, son bastiones de la democracia de este país.
3 comentarios:
Me uno a su reconocimiento. ISA
Excelente artículo. La muerte de estos periodistas es una verdadera tragedia. La violencia siempre trae consigo el sufrimiento. No se debe olvidar del trabajo de Marie Colvin y el fotógrafo francés Rémi Ochlik. Ellos tuvieron la valentía de ir a zonas de conflicto para recordarnos de todas las repercusiones.
Es una excelente forma de llamar la atención sobre la barbarie en pleno siglo XXI.
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